Persán eleva su negocio un 22% en el año de la pandemia y marca un récord de 423 millones
El ejercicio de 2020 ha sido un año de récord para la multinacional sevillana Persán. En el último año completo bajo la presidencia de José Moya Sanabria, recientemente fallecido, el fabricante de de detergentes, suavizantes y otros productos de higiene y cuidado personal, marcó una cifra de negocios inédita: 423 millones de euros de facturación. Todo ello, en un año complicado para todos los sectores por las restricciones a las que ha obligado la pandemia de Covid-19.
Estos resultados suponen un crecimiento del negocio del 22% respecto al logrado en 2019, en el que facturó 347 millones, lo que ya supuso un incremento del 19% sobre los 292 millones de 2018. Este evolución al alza constante y a doble dígito se ha visto corroborado también en el beneficio de la compañía, que es líder de su sector en Europa. Así el Ebitda de 2020 se incrementó hasta los 36,5 millones, un 20,9% más que un año antes. El dato es espectacular teniendo en cuenta que el Ebitda de 2019 se había disparado un 56% al crecer a 30,2 millones de euros desde los 19,5 logrados en 2018.
El grupo andaluz vive un proceso de expansión muy pronunciado den los últimos ejercicios. José Moya, que , fue el artífice de la refundación de Persán en 1993, cuando se convirtió en consejero delegado y presidente ejecutivo, siempre con el apoyo de su esposa, Concha Yoldi, tercera generación de los fundadores de la empresa, dejó en enero pasado cuando falleció una multinacional con plantas en Sevilla, Polonia y Francia. En el caso concreto de la planta sevillana, se ha convertido en la más grande de Europa y la segunda del mundo en producción.
Este desarrollo exponencial se explica, entre otras razones, porque mantiene alianzas estratégicas conlos principales distribuidores del continente, en particular en el Reino Unido, Polonia, Portugal, Francia, Italia, Bélgica, Holanda y España.
En esa línea, nuevos acuerdos, como el alcanzado con la multinacional Unilever, garantizan que la empresa va seguir «incrementando la producción de factoría sevillana, potenciando la capacidad industrial de la misma», destaca la compañía sevillana al comunicar los resultados del ejercicio de 2020. Esta alianza con el líder en el mercado británico supone que Persán se encargue de toda la producción de detergente en polvo para Francia y Reino Unido, lo que refuerza su posición como uno de los mayores fabricantes de este producto en Europa, además de consolidar a la fábrica de Sevilla como uno de los centros de excelencia en la fabricación de detergentes en polvo del continente.
La compañía de la que es consejero delegado Antonio Somé también enfatiza como factor de su crecimiento sus líneas de detergentes en cápsulas para ropa y vajilla, producidos en España, así las categorías de cuidado personal que actualmente se fabrican en la planta de Polonia.
La expansión de la compañía ha tenido un claro impacto en el empleo. Durante los últimos tres años, Persán creó 850 puestos de trabajo en total. De ellos, 214 son contratos fijos para su fábrica de Sevilla, lo que sitúa a la compañía familiar como uno de los mayores generadores de empleo en la provincia.
Apuesta por la inversión
Y toda ese desarrollo y creación de riqueza y empleo ha estado acompañada por un apuesta por la inversión por parte de Persán. En 2020 la multinacional sevillana invirtió 25 millones de euros. Entre ellas destaca la realizada para la adquisición de un suelo en Polonia para trasladar su actual fábrica a una nueva planta de producción con mayor capacidad y con mayor desarrollo tecnológico. También resalta su apuesta por invertir en el desarrollo de tecnologías para fabricar cápsulas para el lavado de la ropa y de la vajilla.
Esta apuesta inversora sigue una línea de continuidad. En el último decenio, Persán ha invertido 150 millones de euros en I+D tanto sus instalaciones productivas de Sevilla y Wroclaw (Polonia)
Pero quizás el hito más relevante de las inversiones hechas en 2020, dentro de su Plan de Expansión Internacional 2019-2023, fue la compra a Unilever de la fábrica que ésta tenía en la localidad francesa de Saint Vulbas, aunque ésta se formalizó el pasado mes de enero. La implantación en Francia persigue potenciar esta fábrica bajo la dirección de Persan para convertirla en un centro de excelencia europeo en el desarrollo de la tecnología de lavavajilla para máquinas. Con este trascendental paso, Persán consolidará este crecimiento continuo y prevé fortalecer los partenariados actuales, materializar nuevas alianzas, extender las operaciones a otras categorías de productos y un nuevo salto en la expansión geográfica.
«En un año marcado fuertemente por el impacto del Covid-19, Persán ha trabajado en pro de la seguridad y bienestar de sus empleados y gracias al compromiso e implicación de todos los profesionales, las fábricas no han detenido su funcionamiento en ningún momento», señalan desde la compañía. De hecho, Persán fue la primera empresa química andaluza en obtener la certificación de Aenor que avala sus protocolos de actuación en los centros de trabajo.